Colombia Cartagena (6)

-Mi nombres es Víctor Manuel Nuñez Gamez, perteneciente a la Armada Nacional. Me retiré con el grado de jefe técnico. Estuve en Corea durante el año 1954, 55, viajé en la fragata Almirante Paella en su segundo viaje que participó en la Guerra de Corea. En la experiencia que tuve allá fue de tristeza, de melancolía, de ver la pobreza que existía en ese país, de ver sus… No se veía calles, sino pura tierra, puras montañas. Y hay una anécdota muy especial que tengo que es la que me ha marcado a mí. Por orden del comando de la Tarea 95 de los Estados Unidos, nos dieron la orden de arrasar un campamento que había en tierra. Con el dolor de nosotros, de todos los tripulantes, del comandante del buque, César Reyes Escanar, tuvimos que destruirlo, habiendo niños, mujeres, hombres, ancianos habían. Pero por orden del grupo de Tarea .95 de los Estados Unidos. Estábamos en guerra, había que cumplir las órdenes, como dice el militar: el orden que no se cumple, se va la persona. Entonces teníamos que cumplir ese, ese, ese mandato. Fue doloroso para nosotros, fue doloroso. Igualmente, tengo otra anécdota: nos tocó que llevar cuatro prisioneros de guerra, transportarlos de Corea a una base… a una base de, de, de Japón, cuatro. Nos hicimos amigos de ellos. Y la tristeza nuestra al desembarcar ellos, tuvimos que desembarcar en ellos en Sasebo, los tuvimos que desembarcar para entregarlos al gobierno de Japón porque eran prisioneros de guerra. Después de esa amistad que tuvimos, nos dio dolor ver que partían y se iban en una lancha, y se los llevaron para allá. En forma resumida: volví a Corea en el año de 1900… 2015, volví en agosto, volví en Corea. Sorpresa para mí grande de ver una ciudad maravillosa, todo cambió. De esas calles de arena, de esas calles de tierra, están convertidas en avenidas. Esas, esos, esas casuchas que habían se habían convertido en edificios, pero edificios altísimos. Eso para mí, ver ese cambio, pues, me agradó tanto de ver la pujanza del coreano, especialmente Corea del sur, de ver esa valentía, de haberse levantado de la tierra para encontrar a una ciudad pavimentada, una ciudad con edificios, una ciudad moderna. Su gente, maravillosa. Me vino muy muy muy encantado de ese país nuevamente. Y la diferencia que hago entre esos dos, eso es, como decimos, algo, algo que, que no puedo narrarlo, porque la diferencia de ver la pobreza, de ver la forma en que fui por primera vez, a cuando regresé por segunda vez. Fue algo maravilloso por la segunda vez que fui. La gente muy amable con nosotros los colombianos. Estoy maravillado y doy gracias al gobierno de Corea del sur en este momento por la invitación que se me hizo y que se está llevando a cabo anualmente, anualmente está viajando un veterano a Corea, le están dando pasaje, le están dando alojamiento, le están dando todo, en agradecimientos por nuestra participación en esa guerra que nosotros, inclusive, nosotros los colombianos, no teníamos ni arte ni parte, porque no era un país, no era algo que perteneciera a Colombia, era un país extraño para nosotros, completamente extraño. Sin embargo, fuimos voluntariamente, fuimos porque quisimos, quisimos, como se dice, pelear por la democracia y la libertad de ese maravilloso país como lo es Corea del sur. [INICIA MÚSICA]. [FINALIZA MÚSICA].