콜롬비아 – 보고타

Veteran Stories

-Mi nombre es Epifanio Rodríguez Núñez, estuve en la Guerra de Corea, y en la época que estábamos allá se participó en la Guerra… en la batalla de Unsan, una ciudad que quedó totalmente destruida. Actualmente pertenezco a la Asociación colombiana de veteranos de Corea en Colombia y soy su presidente. ¿Cómo ingresamos al batallón colombia? En esa época estábamos terminando el servicio militar en la escuela de infantería, el capitán Álvaro Valencia, en esa época capitán, después fue general, llegó un día tarde y nos manifestó que… pedía excusas por haber llegado tan tarde, pero que había estado en el Ministerio de guerra, así se llamaba el Ministerio de defensa en esa época, y en la presidencia y que lo habían enviado a Corea, que quién quería ir con él. Inmediatamente todos dimos un paso al frente. Nos dio algunas explicaciones, y cuando ordenó romper filas, todos corrimos enseguida a la biblioteca a buscar un mapa para saber dónde estaba Corea y de qué se trataba lo que habíamos hecho. Cuando salimos de Corea, estaba totalmente destruido, había mucha pobreza, las ciudades estaban destruidas, las madres estaban recostadas sobre las ruinas, amamantando a sus hijos sin tener muchas cosas que comer. Era realmente una situación lamentable, de mucha tristeza. Pasado un tiempo, volvimos a Corea invitados por el gobierno de Corea, y la sorpresa extraordinaria: qué ciudades, qué calles, todo, un modernismo extraordinario. Y aparte de eso, en este momento, Corea es, aproximadamente, la séptima potencia mundial económicamente hablando. Estos nos enorgullece. Y además, todos los que estuvimos en Corea consideramos a la República de Corea del sur como nuestra segunda patria.Y además, todos los que estuvimos en Corea consideramos la República de Corea del sur como nuestra segunda patria.

– Mi nombre es Carlos Guillermo la Torre Franco, pertenezco a la Asociación Colombiana de Veteranos en la Guerra de Corea. Me fui en el año 52, salimos de Colombia y llegamos a Corea en el año 53 en el mes de enero. Estuvimos en entrenamiento hasta el mes de marzo y luego entramos al primer batalla de, de ese contingente en el marzo del 53. El 10 de marzo de 1953, asaltamos el cerro 180 ocasionándole a los chinos y a los coreanos del norte grandes bajas. Salimos de ahí y entramos al Old Baldyel 13 de marzo de 1953 hasta el 23 de marzo, que fue cuando hubo la batalla más grande que ha tenido el batallón Colombia hasta la fecha. Y de ahí salimos a reserva, yo fui herido el 23 en las horas de la noche y salí al otro día el 24, caminé hasta la 1:00 de la tarde, hasta que me recogió un tanque y me echó para el batallón, donde me enviaron en ambulancia hasta Seúl al… hospital, allá en Seúl. Allá duré, aproximadamente, un mes, y me iban a devolver para Colombia, pero me devolvieron para la primera línea, porque, como fue tan delicada la batalla, el batallón quedó diezmado, y hubo necesidad de reforzar con los heridos que ya estaban alentados. Estuvimos hasta el mes de noviembre del 53, cuando regresamos a Colombia, llegando aquí el 24 de diciembre de 1953. Yo continué en el ejército y estuve en tratamiento ambulatorio hasta el año, hasta el mes de septiembre del 54, aproximadamente, donde me trasladaron para el departamento Tolima, donde estaba la violencia, o sea, el problema de las FARC, en esa época muy delicado en esa zona del país. Permanecí hasta el año de 1955, donde solicité mi… baja, y me dieron de baja el primero de enero, primero de febrero de 1955. Y ahí me retiré, estuve trabajando en la contraloría de la república, después entré a trabajar a Cervecería Andina, una de las empresas cerveceras que había aquí en esa época, fuera de lo que es Bavaria. De ahí salí y trabajé durante 18 años en, en la Cervecería Andina, y luego, pasé a la fábrica de muebles Artecto, que era una de las fábricas más grandes que había en Suramérica. De ahí me retiré y entré a trabajar al Hipódromos de Colombia. Ese es un hipódromo que queda en el norte de Bogotá. De ahí salí y me contrataron para Costa Rica, la república de Costa Rica. Estuve de, de jefe de seguridad industrial allá en Costa Rica. Después de ahí entré a trabajar con el COE, Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos en la elaboración del aeropuerto antinarcóticos en el departamento del Tolima, en la ciudad de Mariquita, Tolima. Trabaje ahí 6 años, hasta que terminamos el aeropuerto. De ahí salí, de ahí la empresa me mandó para el… a la hechura de unos puentes que se hicieron allá, y después ya estuve en una petrolera en Agua Azul. ¿Deseas algo más?
– ¿Qué recuerdas de Corea?
– Yo… nosotros éramos muy jóvenes… yo cumplí los 19 años allá. Nosotros, la mayoría, yo fui trasladado porque yo era suboficial. Nosotros, la mayoría fue voluntario. Después de que estuvimos acá, sí nos preguntaron quiénes queríamos ir y quiénes no. Ya estando en la escuela de infantería todos fuimos voluntarios. Cuando nosotros, el batallón Colombia, estaba fundado, nosotros pertenecíamos a la compañía de reemplazos del batallón Colombia. Cuando nosotros salimos de Bogotá, ya estábamos directamente a órdenes de las Naciones Unidas. El batallón Colombia era una de las unidades de los 20 países que fuimos a Corea que pertenecíamos a las Naciones Unidas. El batallón Colombia trabajaba independiente, únicamente recibían las órdenes del comando batallón y la transmitía a, pero directamente, los oficiales comandantes de nosotros colombianos. Nosotros somos… cuando estábamos en reserva teníamos el acompañamiento de intérpretes coreanos. Me acuerdo que le decíamos Oscar al nombre de él le decíamos Oscar.
– Sí.
– …no solamente hacían las veces de intérpretes, si no también controlaban al personal de trabajadores coreanos y nos ayudaban en el, en el aseo en el campamento, y otras, otras, otras cosas que hacían. De ahí para acá, cuando regresamos hasta la presente, pues, yo veo muy agradecido con Corea, porque la única, el único país que nos ha ayudado a nosotros, porque creo que Colombia es el único país que no ha ayudado a sus veteranos. Puedes preguntar a Etiopía que hay más pobres que en Colombia y ellos tienen muy bien las ventajas. Nosotros no teníamos, ni siquiera, el servicio médico del hospital militar. Colombia no nos ha reconocido completamente nada. Hemos pasado varios proyectos al congreso y nos los han echado para atrás. Entonces, nosotros queremos a Corea, porque Corea nos está ayudando en la educación de nuestros nietos. Cuando lo mismo que Samsung, Samsung, la república de Corea y otras empresas coreanas… nos colabora. La asociación vive de lo que nosotros mismos aportamos mensualmente. Porque, si no fuera así, ella habría desaparecido. En este momento tenemos muchos compañeros, porque todos estamos viejos y enfermos, y aquí no ha habido un gobierno que nos haya colaborado en lo más mínimo. Nosotros tenemos muchas ilusiones, y yo estuve hace cuatro en Corea, estaba visitándola. Está transformada totalmente, de lo que conocimos a lo que es hoy en día, es unas ciudades extraordinarias, muy bonitas. La gente coreana es muy agradecida con nosotros, en la calle, donde nos encuentran nos abrazan, nos dan las gracias siempre en todas partes. Ahora, nosotros nos sentimos hermanos de, de ustedes los coreanos, y siempre decimos el hermano coreano, porque eso, eso, eso es lo que sentimos nosotros. El cariño que les tenemos al pueblo coreano, y creo que el pueblo coreano también nos tiene mucho cariño a nosotros.
– ¿Y qué quiere del futuro de Corea? Porque la guerra no termina.
– Yo sé, el problema que hay todavía con Corea del Norte no se ha terminado, porque la firma del Armisticio, que no fue la paz, entonces, yo estaba en la época que se firmó el Armisticio, y el día que se firmó el Armisticio, nos saludábamos con los chinos, “Hey, China”, “Hey, Colombia”. Por fuera de las, de las casamatas y todos encima de ellos nos saludábamos, los teníamos cerca. Y de las 2 veces, el primer intento que hubo de cese al fuego, también me cogió a mí allá, y el segundo también, que fue la firma del Armisticio, que fue en Panmunjom. Allá entregaron a los prisioneros colombianos y Colombia entregó, las Naciones Unidas entregaron a los prisioneros coreanos del norte. Son unas ciudades extraordinarias, el comercio es muy grande, Corea tiene un futuro extraordinario, hay muchas empresas, mucho empuje, la gente es muy educada, porque el papá de la presidenta que fue un presidente un poco duro, impulsó mucho el, el, el comercio y la industria allá en Corea. Para nosotros es muy interesante y me siento muy orgulloso de ver que Corea ha progresado demasiado, porque nosotros nos dimos cuenta cuando nosotros llegamos, que Corea era muy pobre, demasiado pobre, entonces, el pueblo fue el que pagó las consecuencias de la pobreza que tenía, hasta hoy en día que es la tercera, la décima potencia industrial del mundo. ¿Qué más se puede pedir de ustedes?
– Gracias por muchísimo. Perfecto, perfecto.

– Yo me llamo Hernando Villegas Hurtado, viajé a Corea impulsado por la aventura, porque en todas las noticias y todo lo que nosotros sabíamos que Corea era de la guerra, y nos, a mí particularmente, me entusiasmó mucho viajar hasta allá, y fui voluntario. Salimos a finales de septiembre de 1952, y regresamos en octubre de 1953. Yo con el… estuvimos… después del entrenamiento, yo entré al batallón de sanidad, era enfermero, fui enfermero, y pasé todo el tiempo en… atendiendo heridos y rescatando muertos. Destaco de todo eso, pues, también el cerro 180, que me tocó sacar un poco de gente de allá, y, por supuesto, el Old Baldy, que también fue bastante duro, pero, sobre todo, los 12 días que nosotros permanecimos en el Old Baldy, desde el 10 de, desde el 10 de marzo hasta el 23. Esos para mí fueron un infierno, porque todos los días, de día y de noche, hubo fuego de artillería de los coreanos. En ese tiempo estaban tratando de ganar terreno por la proximidad que existía del armisticio, entonces, querían estar en buena posición, tengo entendido yo, buena posición geográfica para que les rindiera más el terreno. Fue muy duro para mí, demasiado duro, tan duro hasta las lágrimas, porque me tocó rescatar a varios compañeros que eran muy amigos, sacar muchos heridos, y participar en dos o tres patrullas… una patrulla que llaman de reconocimiento y escucha que llegaba a un valle a donde podíamos dispararle con la pistola a los chinos, porque casi todos eran chinos en ese momento, y entonces, pues, fue muy duro esa semana, esa semana no, esos 12 días, 12 días que permanecimos nosotros, no se me van a olvidar nunca en mi vida. Pero también, pues, las enseñanzas que uno va derivando de todo lo que le pasó. Afortunado que no me dieron, afortunado porque… porque gracias a la, estar en Corea cambió totalmente mi vida. Cuando yo vivía aquí en Colombia, vivía en un pueblo, en una ciudad que llaman Pereira, pero, pues, no sabía hacer nada, trabajaba con papá en labores propias de, del campo, y el viaje a Corea cambió totalmente, totalmente todo, yo todavía me… me maravilla el cambio que dio mi vida, el cambio que le pude dar a mi familia. Pero fue por la fortuna de haber viajado, más bien por la aventura, pero después fue una enseñanza, fue una enseñanza. Ya cuando llegamos ambas Coreas estaban arrasadas, la una por la invasión de los coreanos del norte y por la invasión china, y los otros por la, por repeler la invasión y llegar casi hasta el río Yalu con el generalMacArthura la cabeza.En mi, en mi parecer, si quiera salió MacArthur, porque posiblemente habría armado una tercera guerra mundial. MacArthur era guerrerista, y quería salir, no sé si habrá oído hablar de él, pero era un, un general que tenía mucha influencia, no solamente en Estados Unidos, si no en todo el mundo era muy respetado. Y entonces, pues, él quería seguir la guerra hasta arrojar a los chinos a su China e invadir parte de China. Eso no ocurrió. ¿Y qué, y qué enseñanza ha sacado uno de allá? Pues, sencillamente que todos perdimos. Perdió Corea del Sur, perdió Corea del Norte. Hubo millones de… yo no sé cuántos millones puedan haber perdido la vida allá, y cuántos heridos, pero muchos, fue muchos. Y, y quedamos en las mismas, solo que Corea del Norte y Corea del Sur estaban arrasadas, totalmente arrasadas. Yo tuve la oportunidad de viajar a Corea ahora en noviembre. Transformada totalmente, increíble el avance que ha tenido Corea, y eso me hace sentir muy orgulloso y muy complacido de que, de que haya, en primer lugar, que nos hayan invitado, estoy muy contento. Fui con, con dos hijos, entre ellos una, una niña, estuvieron encantados, muy contentos. Y, y, por su puesto, supremamente agradecidos de las atenciones y de la forma como se portaron con nosotros admirablemente. Ambos muchachos, pues, ya no son muchachos, ya son viejos, bueno, ambos muchachos salieron contentísimos con el viaje, muy maravillados y muy contentos. Y se consideran que, es la mejor experiencia que han tenido en la vida. Pero, particularmente, yo pienso que, sigo pensando que la guerra, todas las guerras son malas. Yo soy pacipista, pacipista a morir. Y, normalmente, las guerras las hacen las potencias. Por países pequeños como Colombia, o como Corea en ese tiempo… sí… de esas potencias. Estados Unidos que quería seguir interviniendo en Corea, lo hizo muy bien, y de Rusia y China que querían también intervenir en Corea del Norte. Ambos países tenían sus motivos políticos, aunque no motivos humanos. Eso como que no les interesaba, absolutamente nasa. Ver a un, a una persona, a un soldado o a varios soldados incendiados con napalm, eso es una experiencia aterradora, aterradora. Uno dice: “¿Cómo puede ocurrir algo así? ¿Cómo puede ocurrir algo que, así, que, que un humano le esté tirando candela o gasolina o napalm a otro ser humano y que arda en llamas?”. Me duele mucho haber visto eso, no quisiera haberlo visto. Por otra parte, estoy suprema, supremamente agradecido con Corea. Y no solamente porque, pues, con la forma que me ha tratado, si no como le ha ayudado al gobierno y al país, con obras, con educación, con muchas cosas que nosotros no teníamos, pero que Corea nos ha, nos ha brindado, especialmente en el aspecto, por ejemplo, el, con Coica, por ejemplo. Coica es una magnífica entidad, y nos va a servir mucho a nosotros… de Bogotá, en diferentes partes del país, y aquí mismo en Bogotá, con el hospital para… ¿qué más le cuento yo? Muy contento, una experiencia, pero lo mejor es que. Yo fui casi analfabeta a, o mejor dicho, analfabeta, a Corea, y el regreso de Corea me permitió que me recibieran en una buena empresa, que estuviera, que terminara mi primaria, mi bachillerato y la universidad, y que en este momento esté en una situación, digamos, cómoda y tranquila. Vivo muy muy muy agradecido de Corea, muy contento de haber ido. Y no tengo si no agradecimientos totales para con todos ustedes, para todos. Y mis hijos sí que lo tienen. Todos están muy contentos y, sobre todo, muy orgullosos.

– Yo me llamo Manuel Antonio Gaitán Briceño. Fui cabo segundo en la guerra de Corea. Eh, me llevaron en el año 53 a Corea, estuve en el campo de guerra, de batalla, el cerro… De ahí me sacaron para reserva por lo que yo tocaba acordeón para ir a un concierto en Busan. De ahí regresé otra vez a Corea a prestar el servicio común y corriente en patrullas, patrullajes, en el cual no tuve ningún problema. Eh, el tiempo que duré, pues, me mandaron a una academia de los Estados Unidos a hacer un curso de preparación militar americana y nos mandaron con dos suboficiales más y el único que sacó diploma fui yo, véalo por puntos, los otros no alcanzaron la puntuación. Y me tocó que llegar al batallón Colombia a darle instrucción a mis compañeros de acuerdo a lo que me habían enseñado en la academia de la séptima división de los Estados Unidos. El resto, pues, común y corriente, el tiempo se transcurrió y fue pasando poco a poco hasta que me mandaron al Japón a, eh… eh, recuperación y descanso, un, un descanso que le daban al personal que era aplicado y tenía estudios y todo eso, por 10 días en el Japón, como, como premio, ¿ve? Como premio a lo que se había hecho. Y ahí ya se llegó el momento de venirnos para Colombia otra vez, ¿ve? Que nos tocó siempre un poco, eh, cansón porque traíamos los restos de todos los compañeros que fallecieron y, y armamentos y todo lo que había, lo que teníamos que nos había dado la séptima división de los Estados Unidos al batallón Colombia. Eh, no tengo así más que informarles sobre lo de Corea por parte mía. ¿Ve? Que estuve prestando mi servicio allá y estuve en una academia de los Estados Unidos haciendo un curso para preparación militar americana y ya eso, pues, me vine para Colombia otra vez en, en el General Stewart, un barco de los Estados Unidos, ¿ve? Zarpamos de Corea y llegamos a un puerto en Honolulu, Hawái, y estuvimos ahí dos días y luego seguimos rumbo a Buenaventura, Colombia. Ya aquí, ya aquí seguí en el ejército hasta el año 55 que me retiré porque no, no me gustó mucho el ejército, ¿ve? No, no, no tengo más que informarle porque no fui herido, ¿ve? Estuve en la línea de fuego, pero no fui herido, y la guardia que presté. Y a amenizar y alegrar a mis compañeros con la música que yo tocaba acordeón y formamos un conjunto, y ese conjunto, pues, lo organizamos y tocábamos en los ratos de descanso en reserva y amenizábamos el tiempo para no estar tan tristes, ¿ve? De Corea, pues, en los cuatro tiempos, ¿no? Que se llega, que es el otoño, primavera, invierno y verano, que siempre se le hace extraño a uno porque aquí en Colombia si quiere uno estar en tierra caliente, está, si quiere estar en tierra fría como acá, está uno, pero no hay cambio de, de clima como allá que están los cuatro tiempos. ¿Ve? No, no, no tengo más así que informarle, ¿ven? Porque mi estadía, pues, claro que fue casi un año, pero no, no tuve problemas, ¿ve? Porque siempre que estaba en la línea o algo, me llamaban para ir a tocar a Seúl, a Busan, en Incheon no, no estuvimos en Incheon estuvimos cuando llegamos y no, pues, la pasé más bien, no, no, no la sentí tan fuerte, por decirlo así, la milicia allá. Y el viaje un poco, eh, molesto por la vaina del barco que de, de Panamá hacia, ah, Honolulu son 15 días y uno que no estaba acostumbrado a, a viajar en barco, eso se le, se le llena a uno toda la… Y otros 15 días de ahí a, a… el primer puerto del Japón, de ahí sí en tren a Seúl que eso estaba todo bombardeado, vuelto una nada, estaba pésimo, ¿verdad? En cambio ahoritica en el 2006 que estuve otra vez en Corea invitado por la embajada, eh, está eso excelente, puentes, todo, una cosa muy bonita, ¿ve? Muy maravillosa, en comparación a, a, al 53 que estuve, que eso estaba todo bombardeado, vuelto una nada. Eh, peladitos por ahí pidiendo qué comer, todo eso porque no tenían como alimentarse y había mucha, mucha pobreza, demasiada pobreza. Ahoritica no, ahoritica es un país que está ciento por ciento avanzado en todo, ¿ve? Y esas fábricas de carros, eso de la un, una imagen muy buena a Corea, ¿ve? Y estuvimos también en, a 100 metros de Corea del norte, porque hasta ahí puede uno llegar, pero eso se ve triste, gris, ¿ve? No se le ve ambiente a, a Corea del norte, ¿ve? Pero bueno, estuvimos mirando, ¿no? Estuve en el paralelo 38 en guardia también, pero a Dios gracias no me pasó nada. No tengo más que informarle.
[ACENTO EXTRANJERO]
– ¿Ha visitado a Corea?
– ¿Ah?
– ¿Ha visitado a Corea usted? ¿Visitó a Corea?
– Sí, yo estuve, eh… con mi, eh… Ah, estuve en el Japón también, pero en el Japón en, en… Me perdí en el zoológico de Tokio, esa fue la…
– ¿Recientemente, recientemente?
– ¿Ah?
– ¿Recientemente visitando a Corea? Usted visitando. ¿Visitó a Corea recientemente?
– Ah, sí, en el 2006 estuve visitando a Corea, por eso es que le digo…
– ¿Por qué 2006?
– ¿Ah?
– ¿Por qué? ¿Cómo?
– Me invitó la embajada de Corea.
– Un, guao.
– ¿Ve? Nos invitó a 14 colombianos.
– ¿14?
– Sí, estuvimos en el cementerio.
– ¿Sí?
– Allá en Corea.
– Sí.
– Y esas partes, sus alrededores, y cuando fuimos a, a los 100 metros que le digo de Corea del Norte y hasta ahí podíamos estar, no podíamos pasar más para allá. Eso está lleno de guardias y, ¿ve? Y miramos el, el paralelo 38 casualmente, ¿ve? Hasta 100 metros, ahí de para allá ya no se puede, ¿ve? Y a eso es que le digo que está Corea un ciento por ciento en comparación a cuando la vimos que nos tocó que andar en un tren todo bombardeado, vuelto una nada hasta el campo donde teníamos que hospedarnos, por decirlo así, y de ahí salir a entrenamientos para luego entrar a la línea de fuego, ¿ve?
– Sí.
– Y la pobreza que vimos en ese tiempo era muy, muy cruel. Cuando estábamos en reserva la alimentación que nos mandaba el ejército americano, que era una, una alimentación que la llamaban: Ración C7, lo que nos quedaba se lo dábamos a ellos, ¿ve? Que se hacían, se acercaban por las alambradas, ¿ve? Para pedirnos que le diéramos algo, ¿ve? Porque estaban, pues, muy… sin alimentación, sin nada, muy… Ropa, sin nada, ¿ve? Les dábamos ropa de lo que teníamos por ahí que nos sobraba se la dábamos también. ¿Ve? Entonces a uno le daba, pues, eh, tristeza, ¿sí? Porque aquí en Colombia, pues, obvio, somos pobres, pero procuramos sostenernos de cualquier manera sin, sin tanta… Menos mal que aquí no ha habido guerra, ¿no? Pues, guerras así, pero, guerrillas que llaman, pero era que allá sí estaba eso. Y, y pensar que, que Corea del norte fue la que inició todo, ¿ve? Y se unieron con los, con los, este otro país, se llama… comunista también, con china y otro país no me acuerdo ahoritica el nombre.
[ACENTO EXTRANJERO]
– ¿Rusia?
– ¿Ah?
– ¿Rusia? Ruso.
– Sí, una cosa así. ¿Ve? Se unieron para atacar a Corea del Sur y en ese…
– Ruso… Ruso.
– Rusia.
– Sí.
– Rusia, Rusia. Ellos, se, se unieron todos para atacar a Corea del Sur, ¿ve? Y sin embargo, pues, eh, hay un, eh, un recordaris, por decir así, que el batallón Colombia cuando estuvimos en combate y todo, a raíz de eso se firmó el tratado de paz el 23 de marzo, si no me equivoco, o el 25 de marzo, una cosa así, del año 53, hasta ahí hubo combate, ahí ya se acabó el combate y ya se siguió prestando guardia, pero por prevención, ¿no? Que no volvieran otra vez a molestar.
– Yo quiero que, ah, por su gran honor de sus sacrificio en la guerra de Corea, que, ah, muy pronto, ah, ahí será el tiempo cuando, ah, Coreanos en North Corea, ah, también tienen la paz y… libertad, ¿sí?
– Sí, señora.
– Sí. Y gracias…
– No, señora.
– …abuelo, porque, ah, sin sus contribuciones no… ah, no puedo ser aquí, estar. Gracias.

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콜롬비아 공화국은 1951년 6월에서 1955년 10월에 이르는 기간 동안 한국 전쟁에 참가했습니다. 콜롬비아는 한국에 병력을 파견한 남미의 유일한 국가입니다. 라우레아노 고메스(Laureano Gómez) 대통령은 1개 보병대대와 1척의 호위함을 파견했습니다.

콜롬비아는 총 5100명의 병사를 파견했으며 639명의 인명 피해를 입었습니다. 대한민국 정부에서 제공한 통계자료에 따르면 163명이 전사했고, 448명이 부상을 당했으며, 28명이 전쟁 포로가 되었습니다.

보고타 지역에는 두 개의 한국 전쟁 참전 기념비가 있습니다. 하나는 국방참모대학교(War Academy) 내에 있고, 나머지 하나는 국방부(Ministry of Defense) 내에 자리 잡고 있습니다. 콜롬비아 장병들이 참가한 주요 전투로는 금성 지역과 불모고지(Old Baldy)에서 벌어진 전투가 있습니다.