Colombia – Bogota

Veteran Stories

-Mi nombre es Epifanio Rodríguez Núñez, estuve en la Guerra de Corea, y en la época que estábamos allá se participó en la Guerra… en la batalla de Unsan, una ciudad que quedó totalmente destruida. Actualmente pertenezco a la Asociación colombiana de veteranos de Corea en Colombia y soy su presidente. ¿Cómo ingresamos al batallón colombia? En esa época estábamos terminando el servicio militar en la escuela de infantería, el capitán Álvaro Valencia, en esa época capitán, después fue general, llegó un día tarde y nos manifestó que… pedía excusas por haber llegado tan tarde, pero que había estado en el Ministerio de guerra, así se llamaba el Ministerio de defensa en esa época, y en la presidencia y que lo habían enviado a Corea, que quién quería ir con él. Inmediatamente todos dimos un paso al frente. Nos dio algunas explicaciones, y cuando ordenó romper filas, todos corrimos enseguida a la biblioteca a buscar un mapa para saber dónde estaba Corea y de qué se trataba lo que habíamos hecho. Cuando salimos de Corea, estaba totalmente destruido, había mucha pobreza, las ciudades estaban destruidas, las madres estaban recostadas sobre las ruinas, amamantando a sus hijos sin tener muchas cosas que comer. Era realmente una situación lamentable, de mucha tristeza. Pasado un tiempo, volvimos a Corea invitados por el gobierno de Corea, y la sorpresa extraordinaria: qué ciudades, qué calles, todo, un modernismo extraordinario. Y aparte de eso, en este momento, Corea es, aproximadamente, la séptima potencia mundial económicamente hablando. Estos nos enorgullece. Y además, todos los que estuvimos en Corea consideramos a la República de Corea del sur como nuestra segunda patria.Y además, todos los que estuvimos en Corea consideramos la República de Corea del sur como nuestra segunda patria.

– Mi nombre es Carlos Guillermo la Torre Franco, pertenezco a la Asociación Colombiana de Veteranos en la Guerra de Corea. Me fui en el año 52, salimos de Colombia y llegamos a Corea en el año 53 en el mes de enero. Estuvimos en entrenamiento hasta el mes de marzo y luego entramos al primer batalla de, de ese contingente en el marzo del 53. El 10 de marzo de 1953, asaltamos el cerro 180 ocasionándole a los chinos y a los coreanos del norte grandes bajas. Salimos de ahí y entramos al Old Baldyel 13 de marzo de 1953 hasta el 23 de marzo, que fue cuando hubo la batalla más grande que ha tenido el batallón Colombia hasta la fecha. Y de ahí salimos a reserva, yo fui herido el 23 en las horas de la noche y salí al otro día el 24, caminé hasta la 1:00 de la tarde, hasta que me recogió un tanque y me echó para el batallón, donde me enviaron en ambulancia hasta Seúl al… hospital, allá en Seúl. Allá duré, aproximadamente, un mes, y me iban a devolver para Colombia, pero me devolvieron para la primera línea, porque, como fue tan delicada la batalla, el batallón quedó diezmado, y hubo necesidad de reforzar con los heridos que ya estaban alentados. Estuvimos hasta el mes de noviembre del 53, cuando regresamos a Colombia, llegando aquí el 24 de diciembre de 1953. Yo continué en el ejército y estuve en tratamiento ambulatorio hasta el año, hasta el mes de septiembre del 54, aproximadamente, donde me trasladaron para el departamento Tolima, donde estaba la violencia, o sea, el problema de las FARC, en esa época muy delicado en esa zona del país. Permanecí hasta el año de 1955, donde solicité mi… baja, y me dieron de baja el primero de enero, primero de febrero de 1955. Y ahí me retiré, estuve trabajando en la contraloría de la república, después entré a trabajar a Cervecería Andina, una de las empresas cerveceras que había aquí en esa época, fuera de lo que es Bavaria. De ahí salí y trabajé durante 18 años en, en la Cervecería Andina, y luego, pasé a la fábrica de muebles Artecto, que era una de las fábricas más grandes que había en Suramérica. De ahí me retiré y entré a trabajar al Hipódromos de Colombia. Ese es un hipódromo que queda en el norte de Bogotá. De ahí salí y me contrataron para Costa Rica, la república de Costa Rica. Estuve de, de jefe de seguridad industrial allá en Costa Rica. Después de ahí entré a trabajar con el COE, Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos en la elaboración del aeropuerto antinarcóticos en el departamento del Tolima, en la ciudad de Mariquita, Tolima. Trabaje ahí 6 años, hasta que terminamos el aeropuerto. De ahí salí, de ahí la empresa me mandó para el… a la hechura de unos puentes que se hicieron allá, y después ya estuve en una petrolera en Agua Azul. ¿Deseas algo más?
– ¿Qué recuerdas de Corea?
– Yo… nosotros éramos muy jóvenes… yo cumplí los 19 años allá. Nosotros, la mayoría, yo fui trasladado porque yo era suboficial. Nosotros, la mayoría fue voluntario. Después de que estuvimos acá, sí nos preguntaron quiénes queríamos ir y quiénes no. Ya estando en la escuela de infantería todos fuimos voluntarios. Cuando nosotros, el batallón Colombia, estaba fundado, nosotros pertenecíamos a la compañía de reemplazos del batallón Colombia. Cuando nosotros salimos de Bogotá, ya estábamos directamente a órdenes de las Naciones Unidas. El batallón Colombia era una de las unidades de los 20 países que fuimos a Corea que pertenecíamos a las Naciones Unidas. El batallón Colombia trabajaba independiente, únicamente recibían las órdenes del comando batallón y la transmitía a, pero directamente, los oficiales comandantes de nosotros colombianos. Nosotros somos… cuando estábamos en reserva teníamos el acompañamiento de intérpretes coreanos. Me acuerdo que le decíamos Oscar al nombre de él le decíamos Oscar.
– Sí.
– …no solamente hacían las veces de intérpretes, si no también controlaban al personal de trabajadores coreanos y nos ayudaban en el, en el aseo en el campamento, y otras, otras, otras cosas que hacían. De ahí para acá, cuando regresamos hasta la presente, pues, yo veo muy agradecido con Corea, porque la única, el único país que nos ha ayudado a nosotros, porque creo que Colombia es el único país que no ha ayudado a sus veteranos. Puedes preguntar a Etiopía que hay más pobres que en Colombia y ellos tienen muy bien las ventajas. Nosotros no teníamos, ni siquiera, el servicio médico del hospital militar. Colombia no nos ha reconocido completamente nada. Hemos pasado varios proyectos al congreso y nos los han echado para atrás. Entonces, nosotros queremos a Corea, porque Corea nos está ayudando en la educación de nuestros nietos. Cuando lo mismo que Samsung, Samsung, la república de Corea y otras empresas coreanas… nos colabora. La asociación vive de lo que nosotros mismos aportamos mensualmente. Porque, si no fuera así, ella habría desaparecido. En este momento tenemos muchos compañeros, porque todos estamos viejos y enfermos, y aquí no ha habido un gobierno que nos haya colaborado en lo más mínimo. Nosotros tenemos muchas ilusiones, y yo estuve hace cuatro en Corea, estaba visitándola. Está transformada totalmente, de lo que conocimos a lo que es hoy en día, es unas ciudades extraordinarias, muy bonitas. La gente coreana es muy agradecida con nosotros, en la calle, donde nos encuentran nos abrazan, nos dan las gracias siempre en todas partes. Ahora, nosotros nos sentimos hermanos de, de ustedes los coreanos, y siempre decimos el hermano coreano, porque eso, eso, eso es lo que sentimos nosotros. El cariño que les tenemos al pueblo coreano, y creo que el pueblo coreano también nos tiene mucho cariño a nosotros.
– ¿Y qué quiere del futuro de Corea? Porque la guerra no termina.
– Yo sé, el problema que hay todavía con Corea del Norte no se ha terminado, porque la firma del Armisticio, que no fue la paz, entonces, yo estaba en la época que se firmó el Armisticio, y el día que se firmó el Armisticio, nos saludábamos con los chinos, “Hey, China”, “Hey, Colombia”. Por fuera de las, de las casamatas y todos encima de ellos nos saludábamos, los teníamos cerca. Y de las 2 veces, el primer intento que hubo de cese al fuego, también me cogió a mí allá, y el segundo también, que fue la firma del Armisticio, que fue en Panmunjom. Allá entregaron a los prisioneros colombianos y Colombia entregó, las Naciones Unidas entregaron a los prisioneros coreanos del norte. Son unas ciudades extraordinarias, el comercio es muy grande, Corea tiene un futuro extraordinario, hay muchas empresas, mucho empuje, la gente es muy educada, porque el papá de la presidenta que fue un presidente un poco duro, impulsó mucho el, el, el comercio y la industria allá en Corea. Para nosotros es muy interesante y me siento muy orgulloso de ver que Corea ha progresado demasiado, porque nosotros nos dimos cuenta cuando nosotros llegamos, que Corea era muy pobre, demasiado pobre, entonces, el pueblo fue el que pagó las consecuencias de la pobreza que tenía, hasta hoy en día que es la tercera, la décima potencia industrial del mundo. ¿Qué más se puede pedir de ustedes?
– Gracias por muchísimo. Perfecto, perfecto.

– Yo me llamo Hernando Villegas Hurtado, viajé a Corea impulsado por la aventura, porque en todas las noticias y todo lo que nosotros sabíamos que Corea era de la guerra, y nos, a mí particularmente, me entusiasmó mucho viajar hasta allá, y fui voluntario. Salimos a finales de septiembre de 1952, y regresamos en octubre de 1953. Yo con el… estuvimos… después del entrenamiento, yo entré al batallón de sanidad, era enfermero, fui enfermero, y pasé todo el tiempo en… atendiendo heridos y rescatando muertos. Destaco de todo eso, pues, también el cerro 180, que me tocó sacar un poco de gente de allá, y, por supuesto, el Old Baldy, que también fue bastante duro, pero, sobre todo, los 12 días que nosotros permanecimos en el Old Baldy, desde el 10 de, desde el 10 de marzo hasta el 23. Esos para mí fueron un infierno, porque todos los días, de día y de noche, hubo fuego de artillería de los coreanos. En ese tiempo estaban tratando de ganar terreno por la proximidad que existía del armisticio, entonces, querían estar en buena posición, tengo entendido yo, buena posición geográfica para que les rindiera más el terreno. Fue muy duro para mí, demasiado duro, tan duro hasta las lágrimas, porque me tocó rescatar a varios compañeros que eran muy amigos, sacar muchos heridos, y participar en dos o tres patrullas… una patrulla que llaman de reconocimiento y escucha que llegaba a un valle a donde podíamos dispararle con la pistola a los chinos, porque casi todos eran chinos en ese momento, y entonces, pues, fue muy duro esa semana, esa semana no, esos 12 días, 12 días que permanecimos nosotros, no se me van a olvidar nunca en mi vida. Pero también, pues, las enseñanzas que uno va derivando de todo lo que le pasó. Afortunado que no me dieron, afortunado porque… porque gracias a la, estar en Corea cambió totalmente mi vida. Cuando yo vivía aquí en Colombia, vivía en un pueblo, en una ciudad que llaman Pereira, pero, pues, no sabía hacer nada, trabajaba con papá en labores propias de, del campo, y el viaje a Corea cambió totalmente, totalmente todo, yo todavía me… me maravilla el cambio que dio mi vida, el cambio que le pude dar a mi familia. Pero fue por la fortuna de haber viajado, más bien por la aventura, pero después fue una enseñanza, fue una enseñanza. Ya cuando llegamos ambas Coreas estaban arrasadas, la una por la invasión de los coreanos del norte y por la invasión china, y los otros por la, por repeler la invasión y llegar casi hasta el río Yalu con el generalMacArthura la cabeza.En mi, en mi parecer, si quiera salió MacArthur, porque posiblemente habría armado una tercera guerra mundial. MacArthur era guerrerista, y quería salir, no sé si habrá oído hablar de él, pero era un, un general que tenía mucha influencia, no solamente en Estados Unidos, si no en todo el mundo era muy respetado. Y entonces, pues, él quería seguir la guerra hasta arrojar a los chinos a su China e invadir parte de China. Eso no ocurrió. ¿Y qué, y qué enseñanza ha sacado uno de allá? Pues, sencillamente que todos perdimos. Perdió Corea del Sur, perdió Corea del Norte. Hubo millones de… yo no sé cuántos millones puedan haber perdido la vida allá, y cuántos heridos, pero muchos, fue muchos. Y, y quedamos en las mismas, solo que Corea del Norte y Corea del Sur estaban arrasadas, totalmente arrasadas. Yo tuve la oportunidad de viajar a Corea ahora en noviembre. Transformada totalmente, increíble el avance que ha tenido Corea, y eso me hace sentir muy orgulloso y muy complacido de que, de que haya, en primer lugar, que nos hayan invitado, estoy muy contento. Fui con, con dos hijos, entre ellos una, una niña, estuvieron encantados, muy contentos. Y, y, por su puesto, supremamente agradecidos de las atenciones y de la forma como se portaron con nosotros admirablemente. Ambos muchachos, pues, ya no son muchachos, ya son viejos, bueno, ambos muchachos salieron contentísimos con el viaje, muy maravillados y muy contentos. Y se consideran que, es la mejor experiencia que han tenido en la vida. Pero, particularmente, yo pienso que, sigo pensando que la guerra, todas las guerras son malas. Yo soy pacipista, pacipista a morir. Y, normalmente, las guerras las hacen las potencias. Por países pequeños como Colombia, o como Corea en ese tiempo… sí… de esas potencias. Estados Unidos que quería seguir interviniendo en Corea, lo hizo muy bien, y de Rusia y China que querían también intervenir en Corea del Norte. Ambos países tenían sus motivos políticos, aunque no motivos humanos. Eso como que no les interesaba, absolutamente nasa. Ver a un, a una persona, a un soldado o a varios soldados incendiados con napalm, eso es una experiencia aterradora, aterradora. Uno dice: “¿Cómo puede ocurrir algo así? ¿Cómo puede ocurrir algo que, así, que, que un humano le esté tirando candela o gasolina o napalm a otro ser humano y que arda en llamas?”. Me duele mucho haber visto eso, no quisiera haberlo visto. Por otra parte, estoy suprema, supremamente agradecido con Corea. Y no solamente porque, pues, con la forma que me ha tratado, si no como le ha ayudado al gobierno y al país, con obras, con educación, con muchas cosas que nosotros no teníamos, pero que Corea nos ha, nos ha brindado, especialmente en el aspecto, por ejemplo, el, con Coica, por ejemplo. Coica es una magnífica entidad, y nos va a servir mucho a nosotros… de Bogotá, en diferentes partes del país, y aquí mismo en Bogotá, con el hospital para… ¿qué más le cuento yo? Muy contento, una experiencia, pero lo mejor es que. Yo fui casi analfabeta a, o mejor dicho, analfabeta, a Corea, y el regreso de Corea me permitió que me recibieran en una buena empresa, que estuviera, que terminara mi primaria, mi bachillerato y la universidad, y que en este momento esté en una situación, digamos, cómoda y tranquila. Vivo muy muy muy agradecido de Corea, muy contento de haber ido. Y no tengo si no agradecimientos totales para con todos ustedes, para todos. Y mis hijos sí que lo tienen. Todos están muy contentos y, sobre todo, muy orgullosos.

– Yo me llamo Manuel Antonio Gaitán Briceño. Fui cabo segundo en la guerra de Corea. Eh, me llevaron en el año 53 a Corea, estuve en el campo de guerra, de batalla, el cerro… De ahí me sacaron para reserva por lo que yo tocaba acordeón para ir a un concierto en Busan. De ahí regresé otra vez a Corea a prestar el servicio común y corriente en patrullas, patrullajes, en el cual no tuve ningún problema. Eh, el tiempo que duré, pues, me mandaron a una academia de los Estados Unidos a hacer un curso de preparación militar americana y nos mandaron con dos suboficiales más y el único que sacó diploma fui yo, véalo por puntos, los otros no alcanzaron la puntuación. Y me tocó que llegar al batallón Colombia a darle instrucción a mis compañeros de acuerdo a lo que me habían enseñado en la academia de la séptima división de los Estados Unidos. El resto, pues, común y corriente, el tiempo se transcurrió y fue pasando poco a poco hasta que me mandaron al Japón a, eh… eh, recuperación y descanso, un, un descanso que le daban al personal que era aplicado y tenía estudios y todo eso, por 10 días en el Japón, como, como premio, ¿ve? Como premio a lo que se había hecho. Y ahí ya se llegó el momento de venirnos para Colombia otra vez, ¿ve? Que nos tocó siempre un poco, eh, cansón porque traíamos los restos de todos los compañeros que fallecieron y, y armamentos y todo lo que había, lo que teníamos que nos había dado la séptima división de los Estados Unidos al batallón Colombia. Eh, no tengo así más que informarles sobre lo de Corea por parte mía. ¿Ve? Que estuve prestando mi servicio allá y estuve en una academia de los Estados Unidos haciendo un curso para preparación militar americana y ya eso, pues, me vine para Colombia otra vez en, en el General Stewart, un barco de los Estados Unidos, ¿ve? Zarpamos de Corea y llegamos a un puerto en Honolulu, Hawái, y estuvimos ahí dos días y luego seguimos rumbo a Buenaventura, Colombia. Ya aquí, ya aquí seguí en el ejército hasta el año 55 que me retiré porque no, no me gustó mucho el ejército, ¿ve? No, no, no tengo más que informarle porque no fui herido, ¿ve? Estuve en la línea de fuego, pero no fui herido, y la guardia que presté. Y a amenizar y alegrar a mis compañeros con la música que yo tocaba acordeón y formamos un conjunto, y ese conjunto, pues, lo organizamos y tocábamos en los ratos de descanso en reserva y amenizábamos el tiempo para no estar tan tristes, ¿ve? De Corea, pues, en los cuatro tiempos, ¿no? Que se llega, que es el otoño, primavera, invierno y verano, que siempre se le hace extraño a uno porque aquí en Colombia si quiere uno estar en tierra caliente, está, si quiere estar en tierra fría como acá, está uno, pero no hay cambio de, de clima como allá que están los cuatro tiempos. ¿Ve? No, no, no tengo más así que informarle, ¿ven? Porque mi estadía, pues, claro que fue casi un año, pero no, no tuve problemas, ¿ve? Porque siempre que estaba en la línea o algo, me llamaban para ir a tocar a Seúl, a Busan, en Incheon no, no estuvimos en Incheon estuvimos cuando llegamos y no, pues, la pasé más bien, no, no, no la sentí tan fuerte, por decirlo así, la milicia allá. Y el viaje un poco, eh, molesto por la vaina del barco que de, de Panamá hacia, ah, Honolulu son 15 días y uno que no estaba acostumbrado a, a viajar en barco, eso se le, se le llena a uno toda la… Y otros 15 días de ahí a, a… el primer puerto del Japón, de ahí sí en tren a Seúl que eso estaba todo bombardeado, vuelto una nada, estaba pésimo, ¿verdad? En cambio ahoritica en el 2006 que estuve otra vez en Corea invitado por la embajada, eh, está eso excelente, puentes, todo, una cosa muy bonita, ¿ve? Muy maravillosa, en comparación a, a, al 53 que estuve, que eso estaba todo bombardeado, vuelto una nada. Eh, peladitos por ahí pidiendo qué comer, todo eso porque no tenían como alimentarse y había mucha, mucha pobreza, demasiada pobreza. Ahoritica no, ahoritica es un país que está ciento por ciento avanzado en todo, ¿ve? Y esas fábricas de carros, eso de la un, una imagen muy buena a Corea, ¿ve? Y estuvimos también en, a 100 metros de Corea del norte, porque hasta ahí puede uno llegar, pero eso se ve triste, gris, ¿ve? No se le ve ambiente a, a Corea del norte, ¿ve? Pero bueno, estuvimos mirando, ¿no? Estuve en el paralelo 38 en guardia también, pero a Dios gracias no me pasó nada. No tengo más que informarle.
[ACENTO EXTRANJERO]
– ¿Ha visitado a Corea?
– ¿Ah?
– ¿Ha visitado a Corea usted? ¿Visitó a Corea?
– Sí, yo estuve, eh… con mi, eh… Ah, estuve en el Japón también, pero en el Japón en, en… Me perdí en el zoológico de Tokio, esa fue la…
– ¿Recientemente, recientemente?
– ¿Ah?
– ¿Recientemente visitando a Corea? Usted visitando. ¿Visitó a Corea recientemente?
– Ah, sí, en el 2006 estuve visitando a Corea, por eso es que le digo…
– ¿Por qué 2006?
– ¿Ah?
– ¿Por qué? ¿Cómo?
– Me invitó la embajada de Corea.
– Un, guao.
– ¿Ve? Nos invitó a 14 colombianos.
– ¿14?
– Sí, estuvimos en el cementerio.
– ¿Sí?
– Allá en Corea.
– Sí.
– Y esas partes, sus alrededores, y cuando fuimos a, a los 100 metros que le digo de Corea del Norte y hasta ahí podíamos estar, no podíamos pasar más para allá. Eso está lleno de guardias y, ¿ve? Y miramos el, el paralelo 38 casualmente, ¿ve? Hasta 100 metros, ahí de para allá ya no se puede, ¿ve? Y a eso es que le digo que está Corea un ciento por ciento en comparación a cuando la vimos que nos tocó que andar en un tren todo bombardeado, vuelto una nada hasta el campo donde teníamos que hospedarnos, por decirlo así, y de ahí salir a entrenamientos para luego entrar a la línea de fuego, ¿ve?
– Sí.
– Y la pobreza que vimos en ese tiempo era muy, muy cruel. Cuando estábamos en reserva la alimentación que nos mandaba el ejército americano, que era una, una alimentación que la llamaban: Ración C7, lo que nos quedaba se lo dábamos a ellos, ¿ve? Que se hacían, se acercaban por las alambradas, ¿ve? Para pedirnos que le diéramos algo, ¿ve? Porque estaban, pues, muy… sin alimentación, sin nada, muy… Ropa, sin nada, ¿ve? Les dábamos ropa de lo que teníamos por ahí que nos sobraba se la dábamos también. ¿Ve? Entonces a uno le daba, pues, eh, tristeza, ¿sí? Porque aquí en Colombia, pues, obvio, somos pobres, pero procuramos sostenernos de cualquier manera sin, sin tanta… Menos mal que aquí no ha habido guerra, ¿no? Pues, guerras así, pero, guerrillas que llaman, pero era que allá sí estaba eso. Y, y pensar que, que Corea del norte fue la que inició todo, ¿ve? Y se unieron con los, con los, este otro país, se llama… comunista también, con china y otro país no me acuerdo ahoritica el nombre.
[ACENTO EXTRANJERO]
– ¿Rusia?
– ¿Ah?
– ¿Rusia? Ruso.
– Sí, una cosa así. ¿Ve? Se unieron para atacar a Corea del Sur y en ese…
– Ruso… Ruso.
– Rusia.
– Sí.
– Rusia, Rusia. Ellos, se, se unieron todos para atacar a Corea del Sur, ¿ve? Y sin embargo, pues, eh, hay un, eh, un recordaris, por decir así, que el batallón Colombia cuando estuvimos en combate y todo, a raíz de eso se firmó el tratado de paz el 23 de marzo, si no me equivoco, o el 25 de marzo, una cosa así, del año 53, hasta ahí hubo combate, ahí ya se acabó el combate y ya se siguió prestando guardia, pero por prevención, ¿no? Que no volvieran otra vez a molestar.
– Yo quiero que, ah, por su gran honor de sus sacrificio en la guerra de Corea, que, ah, muy pronto, ah, ahí será el tiempo cuando, ah, Coreanos en North Corea, ah, también tienen la paz y… libertad, ¿sí?
– Sí, señora.
– Sí. Y gracias…
– No, señora.
– …abuelo, porque, ah, sin sus contribuciones no… ah, no puedo ser aquí, estar. Gracias.

– Me llamo Raúl Martínez Espinoza, soy bridadier general del ejército de Colombia. Formo parte del cuerpo de generales y almirantes de las fuerzas militares de Colombia. Fui fundador de la Asociación Colombiana de Oficiales Veteranos de la Guerra, cuya sigla es ASOVECOR. En este momento tenemos solamente 20 asociados, porque el resto de los asociados han fallecido. El objeto social de la asociación, como se ha venido cumpliendo hasta las posibilidades, es la de mantener el contacto, la amistad y el compañerismo, resaltar la participación de Colombia en el conflicto coreano a través de ceremonias militares, que llamamos “efemérides”, las cuales, desafortunadamente, tuvimos que suspender por falta, ya, de asistencia. Eh, entre otras de las partes del objeto social, son las de estar pendientes del estado de salud y el estado de cada uno de los asociados. Además, en lo posible, y hasta hace poco tiempo, utilizar los medios de comunicación social para difundir y hacer conocer nuestra presencia en la campaña de Corea. En este momento, como tal vez ya lo dije, somos muy pocos por efecto de que nos quedan solamente 20 socios.
– Y, por favor, dice con su experiencia personal en la “gera”.
– Mi experiencia personal en la Guerra de Corea, en primer término, yo fui comandante de, lo que se llama, un pelotón. Y como comandante de ese pelotón de la compañía C, me correspondió el 13 de octubre de 1951 atacar los puestos asignados al batallón en una orden de operaciones para lo que se denominó “Operación Nómada”, y capturar esos objetivos que estaban en manos de tropas de la República de la China. Fuera de esto, y después esta experiencia muy importante desde mi punto de vista personal y profesional, de capturar ese objetivo, de capturar material de guerra, etcétera, etcétera, fui relevado después de un año, y presté servicios como segundo comandante de la compañía C. Presté mis servicios como tal, o sea, ejecutivo, según la denominación militar, en el puesto avanzado en el Valle de Kumwha, cerca a lo que se llamó “El Cerro” o “El Área de Acero”, el área, y del puesto 400, que fue motivo de una “Operación Climber”. De resto, mis actividades fueron patrullar. Tuve que patrullar de día, pero también, especialmente, desde mi punto de vista como una experiencia única, el haber patrullado de noche en pleno invierno con la circunstancia, y haber resistido temperaturas de bajo 35 grados. Y lo demás ya son actividades que se cumplen dentro de la parte militar como ejecutivo de la compañía.
– ¿Cómo es la significancia de contribución, de la contribución de Colombia en la “gera”? Significancia de Colombia.
– Ah, significado de la presencia de Colombia en la guerra de Corea, es para nosotros una gran experiencia, toda vez que se demostró ante el mundo que Colombia es respetuosa de la firma de la Carta de las Naciones Unidas, y respetuosa del llamado que hizo después de la invasión de Corea del Norte después del 25 de junio, por ahí el 27, el Consejo de Seguridad a los países firmantes de esa carta. Colombia fue el único país latinoamericano que se presentó allí a responder sobre ese llamado. Desde otro punto de vista, fue muy importante el haber participado en esta campaña, toda vez desde el momento en que regresamos a Colombia, hubo una modernización, un cambio total de las fuerzas militares, e inclusive, de la Policía Nacional. Entonces, dejamos de ser una entidad militar obtusa y antigua, en una unidad o una organización militar moderna, e incluyendo una doctrina que se ajustaba al tipo de guerra que nos tocó adelantar, que era la guerra regular.
– ¿Cuántos participaron en la “gera”?
– Eh, hubo 131 muertos, 649 heridos, 69 desaparecidos, 30 prisioneros, de los cuales regresaron solamente 28. O sea, quedaron 2 de los prisioneros capturados, y no sabemos en dónde están, no sabemos qué pasó con ellos.
– ¿Y por qué es importante para colombianos y coreanos y personas jóvenes del mundo recordar las contribuciones de Colombia y recordar este, esta “guera”? Porque esta “gera”, ah, ellos dicen que es “gera olvidado”. ¿Y, y por qué es importante para nosotros, eh, recordamos?
– Desde mi punto de vista, y según mi concepto, el hecho de haber participado en este conflicto, le dio una imagen a Colombia en el mundo que no conocían. Tal vez nos conocían como un país del tercer mundo. Entonces, siempre, no solamente Colombia, sino en coordinación con otros países, hemos estado pendientes de difundir, de promulgar nuestra presencia en Corea a través de publicaciones, como el periódico de una asociación de oficiales que se llama ASCOVE, y de una revista de las fuerzas militares, y una revista, también, de el cuerpo de generales y almirantes. De todas maneras, de las formas posibles, y de acuerdo a las posibilidades que tenemos, tratamos de que cuando celebramos alguna de nuestras efemérides, que la prensa nacional publique esto. Pero con tristeza, francamente les manifiesto, no les interesa mucho, los periódicos de Colombia, publicar o difundir estas situaciones. Incluso, hemos enviado en algunas oportunidades, notas corrigiendo algunos detalles que ha habido de culparnos sobre algo de la muerte de unos estudiantes, eh, por parte del Batallón Colombia que acababa de regresado de Corea, cuando eso era una gran mentira. Y esa publicación no la autorizaron o no la hicieron. En fin, como hemos tratado de hacerlo de nuestra parte, y también de los compañeros de ASCOVE, hemos tratado de, eh, la opinión pública, pero también dentro del ámbito militar, no se les olvide que Colombia estuvo en una guerra muy importante para el mundo porque fue el enfrentamiento, prácticamente, entre el bloque conducido por Rusia, contra el bloque conducido por las Naciones Unidas.
– Y por el fin, ¿cuál, cómo piensa, eh, de, Corea y coreanos y el futuro de Corea? Porque la “gera” no termi… no termina.
– Sí, estamos totalmente enterados a través de los periódicos, de las publicaciones, que sigue, pues, indudablemente se firmó un armisticio,¿no?, el 27 de junio de 1953, pero no se firmó la paz. Entonces, siempre sigue desde antes de la guerra, cuando estaba a la cabeza de Corea, Kim Il-sung, que había estado participando en la campaña con Mao Tse Tung y con tropas de Corea. El hijo, el nieto ahora continúa el, el enfrentamiento con Corea del Sur tratando, en este caso, como siempre se ha aspirado, tanto del Sur como del Norte, de unir la península, que sea una sola, como pasó hace miles de años a través de las diferentes dinastías, hasta 1910 cuando llegó Japón y… como una colonia. Entonces, creo yo, es mi concepto, que esta situación no se va a acabar muy pronto, sino seguirá, especialmente, el Norte y, lógicamente, el Sur, con todo derecho, tratando de neutralizar la posible actividad bélica que tiene en este momento, por lo menos, en lo que nos publican en lo siguiente, los del Norte, a través de su armamentismo, se dice, con, ya, armas nucleares. Entonces, eso es peligrosísimo, pero esa situación no va a terminar. El pueblo, en este caso hablo del pueblo surcoreano, porque en el Norte tienen que estar también pensando lo mismo. Porque cuando a mí me ha correspondido hablar de destrucción, de aniquilamiento, hay que hablar es de la gente que vivía en las dos Corea, los que, lamentablemente, con el Paralelo 38, separaron el Norte del Sur. Entonces, como conclusión, yo creo que esta situación tirante, esta situación peligrosa seguirá por mucho tiempo hasta que no se apacigüe la ambición de Kim Min Un actualmente.
– Tiene 89 años, pero parece 78.
[RISAS].
– Porque que he perdido como casi 20 kilos, yo estaba más gordo.
– Oh.
– Sí, yo sufro de problemas de problemas aquí, en el páncreas.
– Sí, pero es mejor para su salud.
– Sí.
– Sí, sí. Y último pregunta, ¿visité, no, visitó, ah, la Corea?
– Sí, yo he ido muchas veces porque, primero, remplacé al señor general Ruíz en la Federación Internacional de Asociaciones de Veteranos de Corea, International Federation of Corean War Veterans, que funcionaba de acuerdo a la presidencia, y el general Alberto Ruíz Novoa, él era secre… era consejero. Entonces, yo lo reemplacé a él porque yo fui presidente de una asociación de oficiales colombianos que se llame ACORE. Por esas circunstancias, y por el hecho de haber sido, o ser, porque en este momento todavía soy presidente de la Asociación de Oficiales, he ido alrededor de unas cinco o seis veces a Corea. La última vez, lamentablemente, ya me enfermé, y no… Que fue en el mes de junio del 2013. Iba a viajar a Corea en junio, pero ya no, no pude ir, y no he vuelto.
– ¿Y qué piensa de, de Corea ahora comparado a antes?
– Pues, tengo algo en la cabeza que lo leí en alguna parte, y es la destrucción, el arrasamiento, el aniquilamiento de Corea, de dos Corea, porque estamos hablando de Corea del Norte y del Sur, fue peor que el arrasamiento que tuvo Europa en la Segunda Guerra Mundial. Así que, personalmente, tuvimos la oportunidad, como llegamos en junio de 19… Eh, mayo de… Digo, junio de 1951, observar la obstrucción, la cantidad de huérfanos, de viudas, de hambre, etcétera, entonces, nos llenó francamente de dolor ver que un país, aún cuando era un país extraño para nosotros, eran seres humanos que habían sido destrozados, que habían acabado en esa forma tan violenta y tan agresiva.

– Me llamo Josué Orlando Bernal García. Soy de Bogotá. Viajé a Corea con el séptimo relevo del Batallón Colombia. Tomé parte en la Batalla de los 180 y el 23 de marzo, de lo más durode los Boeing. Fui siempre radio-operador desde la llegada hasta la salida de Corea. Estuve en varias patrullas o redes de escucha y de reconocimiento, y de combate. La experiencia, porque nosotros realmente no sabíamos ni dónde quedaba Corea. Para nosotros era totalmente desconocido ese país. Y también “hubieron” momentos muy felices, porque hicimos, con todos los compañeros, una sola familia. Y sentirse uno tan orgulloso de haber aportado ese granito de arena para la libertad de Corea del Sur, nuestra hermana república, que la consideramos así. Yo tenía 16 años cuando viajé. Regresamos en septiembre del año 53, habiendo viajado en el 52, ¿no? Y tuvimos buenas experiencias, también, digamos, con, en patrullajes siempre “hubieron” algunos sustos, digamos. Casualmente, en una patrulla que estábamos de escucha, nos encontramos con una patrulla coreana, norcoreana, ¿no? Y al encontrarnos, pues, creímos que nos íbamos a, a combatir, pero nos dijeron: “¿Qué pasa?”, uno de ellos. Nosotros dijimos: “Colombia”. “Ah, Colombia, numberone”. Y ya no pasó nada, afortunadamente. En esa época, antes de, de, del ataque que se hizo a 180, a nosotros, verdaderamente, yo creo que nos, nos tenían como algo de estimación los enemigos, a los colombianos, porque realmente yo quedé sorprendido esa vez que, que, que esa patrulla nos hubiera preguntado quién éramos y al contestar que éramos colombianos, dijo:“Colombia,numberone”, y, y ya, no pasó de ahí. Entonces, para mí era una experiencia muy bonita, porque me fui, fui muy joven, pero lo hice más que todo por aventura,¿sí? Unos fuimos a aventurar, otros nos fuimos,fueron por necesidades. Y también porque en esa época tenía uno que seguir el, el servicio militar aquí en Colombia.Y yo entré al Batallón Colombia y de ahí me, me propusieron que porqué no me quedaba aquí en Colombia, pero en esa época había la guerrilla, era sobre todo en los llanos orientales.Y yo que pensé:“Si me quedo aquí en Colombia, lo más fijo es que me, me envíen a los llanos orientales”, ¿sí? A pelear con los mismos colombianos, con mis paisanos. Pero, entonces, ya decidí más bien irse al Batallón Colombia,aunque mis padres se opusieron y, en esa época, estaba el ministro de Guerra, José María Bernal, que era medio pariente de mi padre, y mi madre, pues, fue a pedirle a élque, por favor, no me llevarán para Corea. Y en esa época el coronel Manuel Agüero, que era el comandante de Infantería, me llamó al comando y me dijo que había recibido una orden del ministro de Guerra que yo no podía viajar a Corea, que qué pensaba yo. “No, yo pienso viajar. Si ustedes no se oponen,yo, yo viajo a Corea.Quiero ir a Corea”. Esa fue una de las cosas que me recuerdo mucho.Y mi madre,pues, dijo:“No”, que no, que no fuera. “Sí voy a ir a Corea.Tranquila, que yo regreso”. Y vea, afortunadamente, regresé, aunque tomé parte, como te cuento, en muchas patrullas, pero, afortunadamente, siempre salí avante. Y vivo muy agradecido con la República de Corea porque, por intermedio de la embajada, hemos recibido muchasatenciones. Son los únicos que nos han apoyado. Y de acá,del gobierno, desafortunadamente, no, nohemos recibido nada.Ahora, últimamente, que nos han enviado,invitado a desfiles, a que una reunión, que esto,que lo otro, pero ya cuando no, estamos ya volteando la hoja, ¿sí?Entonces, nosotros vivimos muy agradecidos con el pueblo de Corea. Y los sentimos como nuestros hermanos.Es nuestra segunda patria. Y esa es mi situación. Ahora, yo me casé a los 21 años. De, de familia, tengo cinco hijos, tengo 12 nietos,tengo seisbisnietos. Tengo un, un nieto que está en Corea, se fue a estudiar allá electrónica, ya se graduó y está trabajando en una compañía muy buena allá en Corea,que lo acogió. Entonces,de eso me siento muy orgulloso, porque Coreanos ha…A mí, especialmente,me ha ido muy bien, ¿sí? Nos ha brindado mucho, pero mucho estímulo, lo que no ha hecho el país nuestro, ¿sí? Y haber peleado por la democracia de Corea es un orgullo para todos nosotros, los veteranos de la guerra de Corea. Gracias.

– Me llamo José Adonai Castilla. Viajé a Corea en el año, año 1952. Tengo 83 años en la actualidad. Regresamos en el año 53 en el mes de septiembre. Para mí como experiencia al viaje, la ida, viaje o ida a Corea fue una experiencia, como joven, muy bonita. Nunca habíamos, en mi caso, ni conocía un buque ni había montado en avión por primera vez, de modo que, para mí, fue una experiencia de joven, muy alegre, muy bonita. Y agradezco, en parte, al Ejército tanto de los Estados Unidos, de Colombia y de Corea habernos dado esa oportunidad. Llegando a Corea, pues, ya las cosas se nos complicó. No sabíamos qué era una guerra, nunca habíamos estado en ella. De pronto, de niños veíamos unas películas de guerra, pero no sabíamos las consecuencias que tenía una guerra. Como soldado, actué en el Cerro 180. Afortunadamente salí con vida de ahí. Luego, nos tocó el 23 de marzo la Batalla en el Old Baldy. El Batallón Colombia fue uno de los más fuertes que hubo allá. Gracias a Dios también salí ileso de esto. Posteriormente, me salté eso, pero posteriormente fui herido en una, en una, eh…
– ¿No será en patrulla?
– En una patrulla, una patrulla de reconocimiento y fui herido ahí, y murió al lado mío un colombiano, que eso me ha causado mucho mucho impacto. Me impactó demasiado porque era compañero, amigo, de la raza negra, pero un negro supremamente echado para adelante. Me acuerdo de ese detalle porque él había puesto una demanda al Gobierno de Colombia que era único hijo, que él no debe haber ido a Corea a la guerra por ser único hijo. Ya le había llegado la resolución de que tenía que regresar a Colombia. Llevaba ocho días esperando que lo evacuaran para nuestro país. Y estaba en la Casa Mata cuando nosotros salíamos a esa patrulla. Como buen guerrero y joven, nos pidió o le pidió al cabo que comandaba la patrulla de que por qué no lo llevábamos. Yo era radio operador, fui el radio operador en Corea. Dijimos: “¡No, pues, camine!”. Porque se encontraba el tipo aburrido sin hacer nada ahí porque el comandante daba la orden de que no patrullaran, no hicieranningún frente ni nada de esto, que estuviera quieto mientras regresaba al país. Pero estaba aburrido y entonces dijimos: “Camine con nosotros”. Y, desafortunadamente, ese día fue el único muerto, bastándole una semana para regresar al país. De resto, la guerra la tomamos, ya le dije, ¿no? En parte, una experiencia inolvidable, con tristeza por los compañeros fallecidos que quedaron allá, pero con otros compañeros que estuvimos afortunadamente compartiendo todo, que están aquí presente varios. Pero para nosotros y para todos los veteranos, fue un orgullo sumamente grande de haber cumplido. Es un deber cumplido haber estado allá en Corea. Mil gracias.

– Mi nombre es Roberto Fajardo Tupica. Soy de Bogotá. Tengo en este momento 84 años. Viajé a Corea en el año de 1952, a la edad de 19 años. Llegué exactamente el día 18 de enero de 1953 cuando cumplí 20 años. Mi experiencia en Corea voy a referírsela, pero primero le digo que me presenté voluntario a, al Batallón Colombia porque desde muy joven he detestado el comunismo. Y hasta esta, en este momento, también. No estoy de acuerdo con los postulados de, del, del comunismo. En Corea pertenecí al Batallón, al Batallón de la pesada, digamos así, que, que son ametralladoras, cañones y mortero, mortero 81. Yo fui comandante de pieza de mortero 81. Estuve en, en el mayor confrontamiento que hubo que fue en el Old Baldy. Allí estuvimos recibiendo la artillería enemiga durante muchas horas, a consecuencia del cual quedé tres días sordo porque yo era el apuntador y recibía el impacto del, del, del disparo cerca de mis oídos. Eso me, me significó que me hubieran concedido Medalla de Honor al Deber Cumplido. Mi experiencia en Corea fue muy grata por muchos motivos. El primero, porque me encontré con un gran amigo con el que jugábamos fútbol aquí en Bogotá y se me había perdido, el señor Ernesto Segura Vaquero. Nos encontramos, nos reencontramos allá. Eso me valió jugar fútbol, tener ciertas ventajas en, en el tratamiento que nos daban, lo mismo que por jugar ajedrez. Entonces compartía con los oficiales porque les gustaba ese, ese aspecto mío. Allá también tuve, conseguí dos muy buenos amigos, el señor Pedro Vergara y Orlando Bernal con quien también jugábamos fútbol. El señor Vergara fue el que me consiguió el puesto en la contraloría con el general Alberto Ruiz Novoa. A consecuencia de eso, logré encauzar mi vida durante 11 años en la Contraloría General de la República y 20 años en la Compañía Colombiana de Seguros, de donde soy pensionado. En este momento sigo pensando que el comunismo es de lo, de lo peor que nos ha podido suceder. No sé qué, qué más contarles al respecto, pero esa es mi experiencia en Corea. Aquí en Bogotá, después, me casé joven a los 24 años. Tengo seis hijos, todos profesionales, afortunadamente, muy bien situados y mi familia está muy unida. Mis nietas, tengo 10 nietos, siete mujeres, tres hombres. Y ahí vamos en esta vida agradeciéndole, eso sí, a Corea, a la Samsung, a la Embajada, que nos ha colaborado. Yo tuve una hija becada para el bachillerato, una hija no, una nieta becada para el bachillerato que ya culminó sus estudios. Es abogada de la Universidad del Rosario, está muy bien situada. Y esa es mi experiencia con, con Corea.

– Me llamo José Vidal Beltrán Molano. Mi grado en el Ejército: cabo primero. Formo parte de la Junta Directiva de ASCOE por el cargo de vocal. Quiero hacer un recuento de mi vida antes de ir a Corea. Trabajaba aquí, en este palacio, palacio presidencial, trabajé cinco años. Aquí estaba trabajando antes de ir a Corea voluntariamente a luchar por la democracia y la libertad de Corea del Sur. Me siento orgulloso de haber pertenecido a ese ejército libertador en su país, a ese grupo que fuimos a luchar por la libertad, por la democracia de Corea, de un pueblo oprimido en aquella ocasión. Yo permanecí 15 meses en Corea. Mi comandante fue, con mi, en esa época, coronel Ruiz Novoa, quien falleció en días pasados, hoy general de la República. Mi experiencia allí en Corea fue bastante difícil porque, por el idioma, por las costumbres. Para mí era un país desconocido, gente desconocida, pero gente amable, gente muy querida por la cual luchamos hasta donde fue posible. De mi regreso a Colombia tengo la experiencia de haber sido recibido aquí, en mi país, con honores. Después, formé una familia. Tengo ocho hijos, todos profesionales, un militar, el menor de mi familia, de mis hijos, coronel de la Fuerza Aérea Colombiana. Hemos recibido en la Embajada de Corea, he recibido muchas atenciones, muchos agasajos, beneficios para mis, para mis nietos en cuanto a educación. Y he encontrado mucho apoyo en todos los casos en los cuales hemos tenido que ver mucho con la colonia de Corea. Cualquier pregunta que quiera hacerme, con mucho gusto.
– ¿Qué piensa de que, de Corea y coreanos y el futuro de Corea? Porque la guerra no termina.
– No la, no la escucho, no la entiendo.
– ¿Visitas, visita a Corea?
– Ah, sí, hace dos años estuve por una invitación del presidente de Corea, estuve visitando Corea después de 60 años de haber estado allá en la guerra. Fui muy bien atendido, muy bien recibido. Nos recibieron, fui en compañía de cuatro compañeros más. Fuimos recibidos como héroes. Nos atendieron muy bien. Corea, especialmente Seúl, ha cambiado muchísimo de la época en que estuvimos en la guerra a como se encuentra ahora. Corea se ha desarrollado muchísimo, ha progresado, y me alegra muchísimo que Corea en este momento sea uno de las potencias económicas del mundo, y que su gente maravillosa todavía nos recuerda después de más de 60 años, nos recuerda con cariño y con gratitud. Y todavía en esta fecha nos están dando las gracias por el sacrificio que hicimos por el pueblo de Corea del Sur.

– Me llamo José Vidal Beltrán Molano. Mi grado en el Ejército: cabo primero. Formo parte de la Junta Directiva de ASCOE por el cargo de vocal. Quiero hacer un recuento de mi vida antes de ir a Corea. Trabajaba aquí, en este palacio, palacio presidencial, trabajé cinco años. Aquí estaba trabajando antes de ir a Corea voluntariamente a luchar por la democracia y la libertad de Corea del Sur. Me siento orgulloso de haber pertenecido a ese ejército libertador en su país, a ese grupo que fuimos a luchar por la libertad, por la democracia de Corea, de un pueblo oprimido en aquella ocasión. Yo permanecí 15 meses en Corea. Mi comandante fue, con mi, en esa época, coronel Ruiz Novoa, quien falleció en días pasados, hoy general de la República. Mi experiencia allí en Corea fue bastante difícil porque, por el idioma, por las costumbres. Para mí era un país desconocido, gente desconocida, pero gente amable, gente muy querida por la cual luchamos hasta donde fue posible. De mi regreso a Colombia tengo la experiencia de haber sido recibido aquí, en mi país, con honores. Después, formé una familia. Tengo ocho hijos, todos profesionales, un militar, el menor de mi familia, de mis hijos, coronel de la Fuerza Aérea Colombiana. Hemos recibido en la Embajada de Corea, he recibido muchas atenciones, muchos agasajos, beneficios para mis, para mis nietos en cuanto a educación. Y he encontrado mucho apoyo en todos los casos en los cuales hemos tenido que ver mucho con la colonia de Corea. Cualquier pregunta que quiera hacerme, con mucho gusto.
– ¿Qué piensa de que, de Corea y coreanos y el futuro de Corea? Porque la guerra no termina.
– No la, no la escucho, no la entiendo.
– ¿Visitas, visita a Corea?
– Ah, sí, hace dos años estuve por una invitación del presidente de Corea, estuve visitando Corea después de 60 años de haber estado allá en la guerra. Fui muy bien atendido, muy bien recibido. Nos recibieron, fui en compañía de cuatro compañeros más. Fuimos recibidos como héroes. Nos atendieron muy bien. Corea, especialmente Seúl, ha cambiado muchísimo de la época en que estuvimos en la guerra a como se encuentra ahora. Corea se ha desarrollado muchísimo, ha progresado, y me alegra muchísimo que Corea en este momento sea uno de las potencias económicas del mundo, y que su gente maravillosa todavía nos recuerda después de más de 60 años, nos recuerda con cariño y con gratitud. Y todavía en esta fecha nos están dando las gracias por el sacrificio que hicimos por el pueblo de Corea del Sur.

-Estas placas fueron instaladas el, el 14 de Noviembre del 2000, del año 2007, ante una ceremonia muy hermosa con todos los destacamentos militares, la asistencia del comandante del Ejército, el Estado Mayor, la Armada Nacional, y mucho público y todos los veteranos de la guerra de Corea. Fue algo, fue muy conmovedor para la ciudadanía de Bogotá y para todos los militares y veteranos que asistimos, puesto que no se había colocado en ninguna parte de Colombia por parte del Gobierno ninguna conmemoración, ningún recuerdo a los muertos de la guerra. Estábamos buscando y yo me dediqué a buscar con ellos. Y un buen día, tuve la inspiración de venir aquí y proponerle al padre párroco que, que si me daba permiso de colocar las placas acá en este lugar tan sagrado para la, donde están los mártires de la patria. E inmediatamente me aceptó. El general Álvaro Valencia Tovar, que en paz descanse, puso todo el empeño por su experiencia militar. Fue comandante del Ejército, estuvo en la guerra de Corea, fue el comandante de la primera acción contra los chinos. Y me dijo: “Isaac, cuente con mi apoyo porque esa idea no se me había presentado a mí, no se me había ocurrido a mí. Yo lo apoyo”. Y cuando me di cuenta, pues, comunicó al Estado Mayor, convocó a todas las fuerzas militares, y fue algo esplendoroso. Que, por eso esas placas están aquí. Yo puse mi aporte espiritual y no más. Que Dios tenga sus almas en su, su, su reino. Gracias.

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Memorial Site

The Republic of Colombia participated in the Korean War from June 1951 to October 1955. Colombia was the only country in Latin America that dispatched soldiers to Korea. President Laureano Gómez sent one infantry battalion and a frigate ship.

In total, Colombia deployed 5,100 soldiers and suffered 639 casualties. According to the statistics provided by the South Korean government, there were 163 killed in action, 448 wounded in action, and 28 prisoners of war.

There are two Korean War Memorials in Bogota: one inside the War Academy and one inside the Ministry of Defense. Some of the major battles fought by the Colombians took place in Kumsong and Old Baldy.