Colombia Bogota (4)

– Mi nombre es Roberto Fajardo Tupica. Soy de Bogotá. Tengo en este momento 84 años. Viajé a Corea en el año de 1952, a la edad de 19 años. Llegué exactamente el día 18 de enero de 1953 cuando cumplí 20 años. Mi experiencia en Corea voy a referírsela, pero primero le digo que me presenté voluntario a, al Batallón Colombia porque desde muy joven he detestado el comunismo. Y hasta esta, en este momento, también. No estoy de acuerdo con los postulados de, del, del comunismo. En Corea pertenecí al Batallón, al Batallón de la pesada, digamos así, que, que son ametralladoras, cañones y mortero, mortero 81. Yo fui comandante de pieza de mortero 81. Estuve en, en el mayor confrontamiento que hubo que fue en el Old Baldy. Allí estuvimos recibiendo la artillería enemiga durante muchas horas, a consecuencia del cual quedé tres días sordo porque yo era el apuntador y recibía el impacto del, del, del disparo cerca de mis oídos. Eso me, me significó que me hubieran concedido Medalla de Honor al Deber Cumplido. Mi experiencia en Corea fue muy grata por muchos motivos. El primero, porque me encontré con un gran amigo con el que jugábamos fútbol aquí en Bogotá y se me había perdido, el señor Ernesto Segura Vaquero. Nos encontramos, nos reencontramos allá. Eso me valió jugar fútbol, tener ciertas ventajas en, en el tratamiento que nos daban, lo mismo que por jugar ajedrez. Entonces compartía con los oficiales porque les gustaba ese, ese aspecto mío. Allá también tuve, conseguí dos muy buenos amigos, el señor Pedro Vergara y Orlando Bernal con quien también jugábamos fútbol. El señor Vergara fue el que me consiguió el puesto en la contraloría con el general Alberto Ruiz Novoa. A consecuencia de eso, logré encauzar mi vida durante 11 años en la Contraloría General de la República y 20 años en la Compañía Colombiana de Seguros, de donde soy pensionado. En este momento sigo pensando que el comunismo es de lo, de lo peor que nos ha podido suceder. No sé qué, qué más contarles al respecto, pero esa es mi experiencia en Corea. Aquí en Bogotá, después, me casé joven a los 24 años. Tengo seis hijos, todos profesionales, afortunadamente, muy bien situados y mi familia está muy unida. Mis nietas, tengo 10 nietos, siete mujeres, tres hombres. Y ahí vamos en esta vida agradeciéndole, eso sí, a Corea, a la Samsung, a la Embajada, que nos ha colaborado. Yo tuve una hija becada para el bachillerato, una hija no, una nieta becada para el bachillerato que ya culminó sus estudios. Es abogada de la Universidad del Rosario, está muy bien situada. Y esa es mi experiencia con, con Corea.