Colombia Bogota (12)

– Yo me llamo Hernando Villegas Hurtado, viajé a Corea impulsado por la aventura, porque en todas las noticias y todo lo que nosotros sabíamos que Corea era de la guerra, y nos, a mí particularmente, me entusiasmó mucho viajar hasta allá, y fui voluntario. Salimos a finales de septiembre de 1952, y regresamos en octubre de 1953. Yo con el… estuvimos… después del entrenamiento, yo entré al batallón de sanidad, era enfermero, fui enfermero, y pasé todo el tiempo en… atendiendo heridos y rescatando muertos. Destaco de todo eso, pues, también el cerro 180, que me tocó sacar un poco de gente de allá, y, por supuesto, el Old Baldy, que también fue bastante duro, pero, sobre todo, los 12 días que nosotros permanecimos en el Old Baldy, desde el 10 de, desde el 10 de marzo hasta el 23. Esos para mí fueron un infierno, porque todos los días, de día y de noche, hubo fuego de artillería de los coreanos. En ese tiempo estaban tratando de ganar terreno por la proximidad que existía del armisticio, entonces, querían estar en buena posición, tengo entendido yo, buena posición geográfica para que les rindiera más el terreno. Fue muy duro para mí, demasiado duro, tan duro hasta las lágrimas, porque me tocó rescatar a varios compañeros que eran muy amigos, sacar muchos heridos, y participar en dos o tres patrullas… una patrulla que llaman de reconocimiento y escucha que llegaba a un valle a donde podíamos dispararle con la pistola a los chinos, porque casi todos eran chinos en ese momento, y entonces, pues, fue muy duro esa semana, esa semana no, esos 12 días, 12 días que permanecimos nosotros, no se me van a olvidar nunca en mi vida. Pero también, pues, las enseñanzas que uno va derivando de todo lo que le pasó. Afortunado que no me dieron, afortunado porque… porque gracias a la, estar en Corea cambió totalmente mi vida. Cuando yo vivía aquí en Colombia, vivía en un pueblo, en una ciudad que llaman Pereira, pero, pues, no sabía hacer nada, trabajaba con papá en labores propias de, del campo, y el viaje a Corea cambió totalmente, totalmente todo, yo todavía me… me maravilla el cambio que dio mi vida, el cambio que le pude dar a mi familia. Pero fue por la fortuna de haber viajado, más bien por la aventura, pero después fue una enseñanza, fue una enseñanza. Ya cuando llegamos ambas Coreas estaban arrasadas, la una por la invasión de los coreanos del norte y por la invasión china, y los otros por la, por repeler la invasión y llegar casi hasta el río Yalu con el generalMacArthura la cabeza.En mi, en mi parecer, si quiera salió MacArthur, porque posiblemente habría armado una tercera guerra mundial. MacArthur era guerrerista, y quería salir, no sé si habrá oído hablar de él, pero era un, un general que tenía mucha influencia, no solamente en Estados Unidos, si no en todo el mundo era muy respetado. Y entonces, pues, él quería seguir la guerra hasta arrojar a los chinos a su China e invadir parte de China. Eso no ocurrió. ¿Y qué, y qué enseñanza ha sacado uno de allá? Pues, sencillamente que todos perdimos. Perdió Corea del Sur, perdió Corea del Norte. Hubo millones de… yo no sé cuántos millones puedan haber perdido la vida allá, y cuántos heridos, pero muchos, fue muchos. Y, y quedamos en las mismas, solo que Corea del Norte y Corea del Sur estaban arrasadas, totalmente arrasadas. Yo tuve la oportunidad de viajar a Corea ahora en noviembre. Transformada totalmente, increíble el avance que ha tenido Corea, y eso me hace sentir muy orgulloso y muy complacido de que, de que haya, en primer lugar, que nos hayan invitado, estoy muy contento. Fui con, con dos hijos, entre ellos una, una niña, estuvieron encantados, muy contentos. Y, y, por su puesto, supremamente agradecidos de las atenciones y de la forma como se portaron con nosotros admirablemente. Ambos muchachos, pues, ya no son muchachos, ya son viejos, bueno, ambos muchachos salieron contentísimos con el viaje, muy maravillados y muy contentos. Y se consideran que, es la mejor experiencia que han tenido en la vida. Pero, particularmente, yo pienso que, sigo pensando que la guerra, todas las guerras son malas. Yo soy pacipista, pacipista a morir. Y, normalmente, las guerras las hacen las potencias. Por países pequeños como Colombia, o como Corea en ese tiempo… sí… de esas potencias. Estados Unidos que quería seguir interviniendo en Corea, lo hizo muy bien, y de Rusia y China que querían también intervenir en Corea del Norte. Ambos países tenían sus motivos políticos, aunque no motivos humanos. Eso como que no les interesaba, absolutamente nasa. Ver a un, a una persona, a un soldado o a varios soldados incendiados con napalm, eso es una experiencia aterradora, aterradora. Uno dice: “¿Cómo puede ocurrir algo así? ¿Cómo puede ocurrir algo que, así, que, que un humano le esté tirando candela o gasolina o napalm a otro ser humano y que arda en llamas?”. Me duele mucho haber visto eso, no quisiera haberlo visto. Por otra parte, estoy suprema, supremamente agradecido con Corea. Y no solamente porque, pues, con la forma que me ha tratado, si no como le ha ayudado al gobierno y al país, con obras, con educación, con muchas cosas que nosotros no teníamos, pero que Corea nos ha, nos ha brindado, especialmente en el aspecto, por ejemplo, el, con Coica, por ejemplo. Coica es una magnífica entidad, y nos va a servir mucho a nosotros… de Bogotá, en diferentes partes del país, y aquí mismo en Bogotá, con el hospital para… ¿qué más le cuento yo? Muy contento, una experiencia, pero lo mejor es que. Yo fui casi analfabeta a, o mejor dicho, analfabeta, a Corea, y el regreso de Corea me permitió que me recibieran en una buena empresa, que estuviera, que terminara mi primaria, mi bachillerato y la universidad, y que en este momento esté en una situación, digamos, cómoda y tranquila. Vivo muy muy muy agradecido de Corea, muy contento de haber ido. Y no tengo si no agradecimientos totales para con todos ustedes, para todos. Y mis hijos sí que lo tienen. Todos están muy contentos y, sobre todo, muy orgullosos.